La siguiente parte de la historia del grupo surgió cuando asistieron a una fiesta que se celebraba en una granja en la ciudad de Rutland, a unos 50 kilómetros a las afueras de Leicester. Pasaron un buen rato charlando con el hijo del granjero, y acabaron quedándose allí. La granja, situada junto a un lago artificial, en un lugar aislado y especialmente tranquilo, había sido en otros tiempos un antiguo molino que se utilizaba para proyectos textiles, y estaba formado por un gran número de edificios abandonados. Se trata de un lugar precioso enmarcado en la Inglaterra más rural. En cuanto los miembros de Kasabian se instalaron en su nuevo hogar, todos tuvieron muy claro que aquel era el sitio ideal para iniciar su nueva carrera musical. Tenían una televisión enorme, montañas de DVDs y videojuegos, un equipo de sonido tan potente que te hace temblar hasta el último pelo de la cabeza cuando lo escuchas, y, sobre todo, tenían suficientes discos como para que aquel enorme aparato tuvieras siempre algo que digerir. En la parte de arriba del local, junto a la habitación que compartían ("sólo teníamos dinero para alquilar dos habitaciones, así que no había más remedio", recuerdan) crearon un estudio lleno de sintetizadores procedentes de todas las décadas imaginables, y un montón de guitarras e instrumentos de percusión. Por supuesto, también contaban con todo el tiempo que fuera necesario para hacer con él lo que les diera la gana. Claro, tampoco faltaban las fiestas. En 2003 incluso organizaron un mini-festival al que invitaron a un montón de amigos, los cuales instalaron sus tiendas de campaña alrededor de la granja, mientras Kasabian tocaba en directo en uno de los edificios industriales abandonados que formaban parte del complejo en el que se encontraba la granja. Sin embargo, como la mayoría de sus amigos vivían a más 100 kilómetros de distancia del grupo, también pasaron largas etapas en las que podían trabajar sin interrupciones ni distracciones de ningún tipo: tenían tiempo para dormir, para pasear, para tocar o para ver películas durante todo el día, y después se pasaban las noches enteras trabajando. "Es el momento ideal, cuando surgen las mejores ideas", afirma Karloff. En lo que se refiere a la inspiración, es como si los chicos absorbieran toda la música imaginable y después la escupieran convertida en algo mucho más fresco e innovador.
"La buena música se
encuentra en cualquier sitio. Incluso una canción que aparentemente es una
porquería puede incluir algún pequeño detalle interesante", afirman. Entre
los ingredientes que dan forma a los temas del grupo se encuentra una mezcla
explosiva formada por influencias de Los Beatles, The Doors y los Rolling
Stones, es decir, los discos que formaban parte de las colecciones de sus
padres. A todo ello se une la pasión de la madre de Tom hacia el sonido Motown,
la afición que Karloff siente hacia el cine y las bandas sonoras (una actitud
que heredó de su padre), la sensación de libertad que surge cuando te pasas la
noche bailando al aire libre en pleno campo, junto con una mezcla de
influencias rave y hip hop con elementos del Brit-pop y algunos toques de la
música de Chuck Berry, Roy Orbison, The Tour Tops, The Supremes, The Ronettes,
Ennio Morricone, la primera etapa de Pink Floyd, el álbum de Brian Eno
"Music for Airports", Donna Summer, Joy Division, Eminem y un montón
de artistas más, de ayer, de hoy y de mañana. Es decir, prácticamente de todo.
"Al principio, las ideas surgen como algo muy pequeño, y después, a medida que pasan los meses se van convirtiendo en algo cada vez más grande", afirma Sergio. "Para preparar algunos temas necesitábamos un monitor del tamaño de una pantalla de cine. Por si no tuvieran bastante con la tranquilidad y la inspiración que han disfrutado trabajando en la granja, lo cual les ha aportado toda la libertad que necesitaban para explorar nuevos retos, también han sido suficientemente inteligentes como para echar la vista atrás de vez en cuando y someterse a la disciplina de crear canciones que no superaran los tres minutos de duración. A Kasabian les gustan los temas que incluyen un buen estribillo, con melodías que enganchan fácilmente con el público, y que además ofrecen una música llena de energía que Sergio define como "una experiencia que te empuja a luchar y que te ofrece un subidón de adrenalina".
Sin embargo, lo que realmente marca una gran diferencia entre Kasabian y el resto de grupos es su actitud: "Cada vez es más difícil encontrar bandas con verdadera personalidad, la mayoría son bastante grises y poco atractivos", afirma Sergio. "En muchos casos, la música actual es aburrida, no tiene alma, ni ritmo, nadie se arriesga, y eso hace que ya no sea algo divertido. Nosotros en cambio nos tomamos la música muy en serio, pero también queremos pasárnoslo bien con ella. Para nosotros esto no es un trabajo", añade Tom."Necesitábamos grabar este álbum, y ahora necesitamos irnos de gira. Tenemos muy claro que tenemos una vida alucinante, y estamos haciendo exactamente lo que nos gusta. Si no disfrutásemos tanto con la música seríamos como almas perdidas. Creo que la música necesita de gente como nosotros. La música británica necesita a alguien que le dé una patada en el trasero, y en ese sentido Inglaterra necesita contar con un grupo que pueda volver a ilusionar al público. Eso es algo que ahora mismo no está haciendo nadie más. Parece como si la música hubiera pasado a mejor vida, y no queremos que la gente le dé la espalda. La gran serpiente de la música va a resurgir de nuevo del fondo de los mares y va a asustar a todos los piratas que asolan los mares".
"Al principio, las ideas surgen como algo muy pequeño, y después, a medida que pasan los meses se van convirtiendo en algo cada vez más grande", afirma Sergio. "Para preparar algunos temas necesitábamos un monitor del tamaño de una pantalla de cine. Por si no tuvieran bastante con la tranquilidad y la inspiración que han disfrutado trabajando en la granja, lo cual les ha aportado toda la libertad que necesitaban para explorar nuevos retos, también han sido suficientemente inteligentes como para echar la vista atrás de vez en cuando y someterse a la disciplina de crear canciones que no superaran los tres minutos de duración. A Kasabian les gustan los temas que incluyen un buen estribillo, con melodías que enganchan fácilmente con el público, y que además ofrecen una música llena de energía que Sergio define como "una experiencia que te empuja a luchar y que te ofrece un subidón de adrenalina".
Sin embargo, lo que realmente marca una gran diferencia entre Kasabian y el resto de grupos es su actitud: "Cada vez es más difícil encontrar bandas con verdadera personalidad, la mayoría son bastante grises y poco atractivos", afirma Sergio. "En muchos casos, la música actual es aburrida, no tiene alma, ni ritmo, nadie se arriesga, y eso hace que ya no sea algo divertido. Nosotros en cambio nos tomamos la música muy en serio, pero también queremos pasárnoslo bien con ella. Para nosotros esto no es un trabajo", añade Tom."Necesitábamos grabar este álbum, y ahora necesitamos irnos de gira. Tenemos muy claro que tenemos una vida alucinante, y estamos haciendo exactamente lo que nos gusta. Si no disfrutásemos tanto con la música seríamos como almas perdidas. Creo que la música necesita de gente como nosotros. La música británica necesita a alguien que le dé una patada en el trasero, y en ese sentido Inglaterra necesita contar con un grupo que pueda volver a ilusionar al público. Eso es algo que ahora mismo no está haciendo nadie más. Parece como si la música hubiera pasado a mejor vida, y no queremos que la gente le dé la espalda. La gran serpiente de la música va a resurgir de nuevo del fondo de los mares y va a asustar a todos los piratas que asolan los mares".
Fuente:LaHiguera.net